Desde los medallistas de oro olímpicos hasta los aficionados a trabajar en el jardín, los atletas de cualquier calibre tienen un requisito primordial: mantener sus músculos en condiciones óptimas para lograr la mejor forma y protegerse de las lesiones.

La terapia de campo magnético ayuda a los músculos a trabajar durante más tiempo, con mayor potencia y reduce el tiempo de recuperación necesario después de un ejercicio o evento extenuante. Esto se traduce en un mejor entrenamiento para los deportistas, ya que pueden dedicar más tiempo y realizar sesiones más largas, así como reducir la cantidad de descansos que realizan. Para una persona más ocasional, puede ayudar a reducir el dolor que sigue a una sesión de ejercicio y ahorrar un tiempo valioso que se dedicaría a la recuperación. Al crear un entorno general más saludable para el cuerpo, se reduce el riesgo de lesiones.

La aplicación de la terapia de campo magnético antes de intentar cualquier actividad física extenuante ofrece varios beneficios a los atletas. La energía se produce en nuestros músculos mediante un proceso conocido como fosforilación de la miosina. El ATP, la moneda energética celular, se genera a través de la fosforilación, que a su vez es estimulada por los PEMF. Normalmente, el ejercicio reduce los niveles de ATP, lo que debilita los músculos y aumenta el riesgo de espasmos. Los niveles de ATP se normalizan con el reposo, pero los PEMF estimulan la fosforilación de la miosina, lo que favorece el movimiento de iones y electrolitos y puede aumentar hasta un 500% la energía celular.

Los PEMF estimulan la producción de proteínas de choque térmico/estrés que se encargan de prevenir la degradación celular por desgaste y ayudan a acelerar la recuperación tras una lesión. Cuanto más extenuante es la actividad, mayor es la cantidad de proteínas producidas. Si estas proteínas estuvieran presentes en el tejido antes del ejercicio, evitarían el daño y acelerarían la recuperación. Los PEMF estimulan la producción de proteínas de choque térmico/estrés de forma más suave que el ejercicio.

Los campos magnéticos se encargan de dos requisitos importantes para que un músculo funcione bien y sin lesiones: el suministro de oxígeno y la nutrición. Los PEMF aumentan el suministro de oxígeno al músculo mejorando la captación, hasta un 1%, lo que supone un aumento significativo, y estimulando la circulación, lo que conduce a un mayor suministro de nutrición y oxígeno y a una eliminación más rápida de los residuos celulares.

El cuerpo tiene capacidad regenerativa, pero las células pueden soportar un número limitado de ciclos de daños o lesiones. Al reducir las agujetas, los espasmos musculares y los calambres, la terapia de campo magnético puede retrasar el inevitable deterioro del organismo. Las agujetas no sólo se producen en el atletismo, sino que incluso un simple trabajo de jardinería provoca la acumulación de ácido láctico en los músculos, lo que a su vez provoca agujetas.

Otro peligro que entraña el ejercicio es la hinchazón que se produce incluso en ausencia de lesión. Las bolsas de hielo se utilizan para reducir la hinchazón, ya que dificulta el suministro de oxígeno y nutrientes a los músculos. Sin embargo, las bolsas de hielo sólo actúan sobre el tejido superficial y la hinchazón profunda de los músculos no se controla. En cambio, los PEMF penetran en el cuerpo y actúan sobre la hinchazón profunda sin dañar el tejido superficial. La inflamación se reduce y también la eliminación de sangre del hematoma, lo que conduce a una eliminación más rápida de la sangre del hematoma y, por lo tanto, a una recuperación más rápida.

Todos los atletas, tanto los que participan en competiciones como los que buscan su propio placer, deberían considerar los PEMF como una fuente para mantener un cuerpo sano y en forma. Los PEMF pueden conducir a un cuerpo más sano con una recuperación más rápida y una reducción del dolor. Es una herramienta muy beneficiosa para contrarrestar los efectos negativos del ejercicio.