El agua presente en el interior del cuerpo humano es una mezcla de agua con grasas, almidón, proteínas y electrolitos. Los campos magnéticos tienen la capacidad de cambiar las propiedades de cualquier solución, por lo que afectan al agua del cuerpo y al agua que bebemos.

El agua tiene la propiedad de retener los cambios realizados debido a la interacción con campos magnéticos, es un hecho establecido que el agua tiene memoria a largo plazo. Se han observado en el agua agrupaciones de tamaño milimétrico y se ha descubierto que los PEMF afectan a dichas agrupaciones. Sin embargo, el mecanismo por el que esto ocurre no se conoce con claridad.

Los campos magnéticos se utilizan para evitar la deposición de incrustaciones en tanques de almacenamiento, tuberías e intercambiadores de calor. Los campos magnéticos y eléctricos afectan a la velocidad de crecimiento de los cristales inorgánicos, así como a la velocidad de sedimentación de las suspensiones. Pueden provocar la precipitación de sales como el carbonato de calcio, el oxalato de bario y el sulfato de calcio a partir de sus soluciones. Estos efectos de los CEM duran hasta varios días en el fluido, incluso después de retirar el campo. Pueden influir en la difusión de partículas coloidales, modificar la energía libre superficial e interfacial en sales de calcio y distorsionar el espectro IR y ultravioleta del agua.

Existen varios informes sobre los efectos de los campos magnéticos en los fluidos. Por ejemplo, se ha patentado el tratamiento del combustible con campos magnéticos para aumentar su consumo en los motores. También se está investigando la posibilidad de aumentar el rendimiento de la agricultura utilizando agua pretratada magnéticamente para regar las plantas y alimentar al ganado. Otros efectos que puede tener un campo magnético son: influir en los ciclos hormonales de los ratones, afectar a los paramecios, afectar a la densidad celular y al diámetro nuclear de las células del hígado del siluro, etc.

Algunos efectos del agua tratada magnéticamente que se han demostrado incluyen,

• Reducción de la acumulación de placa en odontología si el agua utilizada en la irrigación dental está tratada magnéticamente.
• Un estudio chino demostró que, en niños aquejados de ascárides, el agua tratada con magnetismo provocaba la expulsión de los gusanos a un ritmo superior al de las muestras de control.
• En Japón, el agua derivada de corrientes de lava especiales está magnetizada de forma natural y ha demostrado su eficacia para mejorar los problemas de memoria en la enfermedad de Alzheimer.
• Agua tratada magnéticamente, se ha demostrado que reduce los cálculos renales.

Los campos electromagnéticos pueden utilizarse para tratar el agua que consumimos junto con el agua del interior de nuestro cuerpo. Las posibles aplicaciones sanitarias de este método aún se están investigando.