Efectos neuroprotectores:

Se ha observado que la terapia PEMF tiene cualidades neuroprotectoras al promover el crecimiento neuronal y aumentar la viabilidad de las células cerebrales. Esto puede ser crucial para los enfermos de Alzheimer, donde predomina la degeneración de las células cerebrales.

Mejora de las funciones cognitivas:

Los estudios sugieren que la terapia PEMF puede mejorar las funciones cognitivas al aumentar la conectividad y funcionalidad de las células cerebrales. Esto puede contribuir a ralentizar el deterioro cognitivo asociado al Alzheimer, ayudando a los pacientes a retener la memoria y realizar las actividades cotidianas con mayor eficacia.

Reducción de la inflamación:

La inflamación cerebral es un factor importante en la progresión del Alzheimer. La terapia PEMF ayuda a reducir la inflamación al afectar a los mecanismos celulares responsables de las respuestas inflamatorias. Esto puede retrasar la progresión de la enfermedad y aliviar algunos síntomas asociados a la inflamación cerebral.

Estimulación del flujo sanguíneo:

La mejora de la circulación sanguínea es otro de los beneficios de la terapia PEMF. Para los enfermos de Alzheimer, un mayor flujo sanguíneo puede significar un mejor aporte de oxígeno y nutrientes al cerebro, lo que es crucial para mantener su salud y funcionamiento.

Reducción del estrés y la ansiedad:

El Alzheimer puede ser una fuente importante de estrés y ansiedad para los pacientes. Se sabe que la terapia PEMF ayuda a reducir el estrés y favorece la relajación, mejorando el bienestar general y la calidad de vida de los afectados.