Reducción de la inflamación:

La terapia PEMF ayuda a reducir la inflamación al influir en el comportamiento celular implicado en el proceso inflamatorio. Los campos electromagnéticos generados por una esterilla de PEMF aumentan la producción de citocinas antiinflamatorias al tiempo que reducen las citocinas inflamatorias, lo que puede aliviar los síntomas de la EA.

Alivio del dolor:

Los campos electromagnéticos de la esterilla de PEMF estimulan las células para que liberen endorfinas y otros analgésicos naturales, lo que alivia el dolor crónico asociado a la EA. Esto puede mejorar significativamente el confort diario y reducir la dependencia del tratamiento farmacéutico del dolor.

Circulación mejorada:

La mejora de la circulación sanguínea es otro de los beneficios de la terapia PEMF. La mejora de la circulación garantiza la llegada de más oxígeno y nutrientes a las zonas afectadas, lo que favorece la curación y reduce los síntomas asociados a una circulación sanguínea deficiente, como la rigidez y el dolor muscular.

Fomento de la reparación tisular:

La terapia PEMF puede acelerar la reparación de huesos y tejidos blandos. Al potenciar la reparación y el crecimiento celular, las esterillas de PEMF pueden ayudar a mantener la integridad de las estructuras de la columna vertebral y frenar potencialmente la progresión de la EA.

Movilidad mejorada:

El uso regular de una esterilla de PEMF puede mejorar la flexibilidad y la amplitud de movimiento al reducir el dolor y la inflamación. Esta mejora de la movilidad es crucial para los pacientes con EA, que a menudo sufren rigidez, sobre todo por las mañanas.