Reducción de la inflamación de las vías respiratorias:

La inflamación es un componente primario del asma. Se ha demostrado que la terapia con PEMF reduce la inflamación al influir en las cargas eléctricas de las membranas celulares, favoreciendo que las células vuelvan a un estado normal y reduciendo la liberación de citocinas inflamatorias. Esto puede ayudar a aliviar la inflamación crónica de las vías respiratorias característica del asma.

Mejora de la regulación inmunitaria:

El asma puede desencadenarse por reacciones alérgicas, que son respuestas del sistema inmunitario. La terapia PEMF puede ayudar a modular el sistema inmunitario, reduciendo la hipersensibilidad a los alérgenos y disminuyendo potencialmente la frecuencia y gravedad de las crisis asmáticas.

Mejora de la función respiratoria global:

La terapia PEMF puede mejorar el funcionamiento de los tejidos respiratorios al mejorar la circulación sanguínea y aumentar la oxigenación de los tejidos. Esto puede mejorar la capacidad pulmonar general y hacer más eficaz la respiración, lo que es especialmente beneficioso para las personas asmáticas.

Reducción del estrés:

El estrés es un conocido desencadenante de las exacerbaciones del asma. La terapia PEMF favorece la relajación y ayuda a reducir el estrés, lo que puede prevenir o reducir la gravedad de las crisis asmáticas desencadenadas por el estrés.