Mejora de la circulación sanguínea:

La mejora del flujo sanguíneo es crucial para la salud sexual, sobre todo para tratar la disfunción eréctil masculina. La terapia PEMF estimula la vasodilatación, es decir, el ensanchamiento de los vasos sanguíneos, aumentando así el flujo sanguíneo a las zonas genitales y mejorando la función sexual.

Equilibrio hormonal:

La terapia PEMF puede influir en el sistema endocrino, responsable de la producción hormonal. Al optimizar la función de glándulas como la pituitaria, la tiroides y las glándulas suprarrenales, el PEMF puede ayudar a equilibrar los niveles hormonales que desempeñan un papel crucial en el deseo y el rendimiento sexuales.

Reducción del estrés y la ansiedad:

El estrés y la ansiedad son causas frecuentes de trastornos sexuales. La terapia PEMF ayuda a reducir el estrés calmando el sistema nervioso, favoreciendo la relajación y mejorando el estado de ánimo. Esta reducción de los niveles de estrés puede mejorar la libido y el rendimiento sexual.

Alivio del dolor:

El dolor crónico puede afectar negativamente a la salud sexual al reducir el deseo y la capacidad de mantener relaciones sexuales. Las propiedades analgésicas de la terapia PEMF pueden aliviar el dolor, haciendo que la actividad sexual sea más cómoda y placentera.